sábado, 12 de noviembre de 2011

Capìtulo VI: Hora de dar la noticia

Capìtulo VI: Hora de dar la noticia

Comenzaba a atardecer y nuestros personajes seguían dándole vueltas a la cabeza, estaban nerviosos por como reaccionarían Frank y Rossie padres de Violeta. Cuando empezaron a oírse las campanas de la catedral marcando las 20:00 de la tarde era hora de telefonear y contar la noticia, para hacerlo ambos se juntaron en el salón principal de la casa y allí comenzaron a dialogar padres e hija. Alrededor de las 20:40 finalizó la charla, Henry le pregunto que le habían dicho y dijo que no había ningún inconveniente, pero, que antes querían conocerlo y que antes de que se quedara a vivir ahí en Estocolmo, que estuviesen dos semanas allí junto a ellos para conmemorar su despedida. Aceptaron la proposición y en dos meses marcharían para allá mientras que Henry, comenzó a hacer huecos en los armarios, cajones y demás, estaba encantadísimo de que fuera a vivir con ella en un futuro nada lejano, pero cuando empezó a guardar ciertas cosas de Violeta se encontró con una cosa que no le gusto absolutamente nada, las misteriosas pastillas que viò como se las tomaba en Inglaterra y por las cuales cuando se le preguntaba que porque las tomaba, se desviaba del tema, así que esta vez no pregunto nada y ya más para adelante intentaría llegar al meollo de la cuestión.
Después de vaciar armarios y demás, decidió tomarse un descanso. Se fue a una hamaca situada en el porche. Allí estuvo cuarenta y cinco minutos hasta que sonó el teléfono, era su padre James, llamaba para ver como iba todo y al poco tiempo le contó como iba su andadura por el país del sol naciente, poco después le dijo a su padre que seguramente iba a empezar a tener una relación con una chica que conoció en Londres y que ahora mismo estaba en su casa. El padre se alegró bastante por su hijo y antes de finalizar la conversación señaló que cuando eso que fueran a China los tres junto a visitarlos (Henry, Violeta y Helen) ya que estaba con ganas de ver a sus hijos y de paso conocer a su novieta. Antes tengo que ir a conocer a los padres de ella así que cuando volvamos ya con tiempo, nos pasaremos por allí, manda recuerdos a mama- dijo el joven, de acuerdo, cuando vuelva tu madre se los daré que a salido a comprar y ahí finalizo la conversación, acto seguido, Henry se volvió a dormir sobre la hamaca.
La vida sigue y cada día que pasa Henry es mucho más feliz, ver y estar continuamente con Violeta es algo que no tiene precio y ojala que durase para toda la vida. La semana que viene iba a ser el cumpleaños de ambos, Henry el lunes y Violeta el jueves ellos tenían edades muy parejas, 17 y 19 años, respectivamente. Al cabo de la noche el joven le dijo a Violeta que seria una buena idea celebrar el cumpleaños de ambos el sábado, así de paso sus amigos y conocidos tendrían tiempo, ya que de realizarse entre semana, seria imposible que acudiesen, por los estudios más que nada. A ella le pareció una gran idea y así planificaron algunas cosas para cuando llegase el día. A la mañana siguiente, el joven se dirigió a su centro de estudios, y habló con un profesor el cual le impartiría unas clases de Filosofía, carrera que quería aprender y desarrollar.
Ha llegado el gran día, es sábado, hoy nuestros personajes celebran conjuntamente su aniversario, ha acudido gran número de personas entre ellas, Andrea, Arthur, Tom y Anna íntimos de Henry, compañeros de instituto, y Luke y Jane tíos de Henry. La fiesta duro varias horas y al finalizar Henry le propuso a Violeta pasar la noche en una cabaña aledaña a su casa, justamente situada sobre una colina y allí bajo la mirada incesante de la luna pasaron su primera y desenfrenada noche de pasión.


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