miércoles, 16 de noviembre de 2011

Capítulo XIII: La esperanza se reaviva

Capítulo XIII: La esperanza se reaviva

El tiempo sigue y el tiempo avanza, han pasado 15 años desde que nuestros personajes emprendieran su viaje alrededor del mundo. La pequeña Violeta ya tiene 16 años ya tiene un más que fluido uso de la razón, ya sabe el problema que tiene su madre así que quiere vivir el día a día junto a ella y como no, con su padre. Tras el viaje que realizaron han sucedido muchas cosas. La madre de Henry, Eleonor James falleció a la edad de 102 años y por parte de Violeta su padre Frank también, debido a los achaques de la edad. Helen la hermana de nuestro protagonista ya con 28 años ha tenido un hijo llamado Paúl con su pareja y ambos viven felices. Debido a los 38 años de Violeta, Henry se esta empezando a preocupar por la situación de su amada. Según el estudio que realizaron, no viviría más allá de los 45 años, así que nuevamente y ya como hiciese la vez anterior, ahora más que nunca había que buscar soluciones. Henry buscó, buscó y rebuscó hasta que buscando por Internet había una leyenda que contaba que había un eminente sabio Hindú que habitaba en lo alto de la montaña de Nanda Devi cuyo nombre significa diosa dadora de felicidad y siendo poseedora de ese nombre, quizás, la solución estuviese allí. Se dice que este sabio tiene la capacidad de sanar cualquier tipo de mal, desde una enfermedad hasta un resfriado. Henry quiso contactar rápidamente con el sabio, pero no había ninguna dirección en ningún sitio. Se metió en una página donde se hablaban de los milagros que había hecho varios sanadores y el indio Rabindrath Elehm figuraba como uno de los que más proezas milagrosas había realizado. De cada cien intervenciones que había realizado, noventa y siete habían salido bien y debido a ello salvó la vida de esas personas por lo que a Henry esto le levantaba mucho la moral, no creía en sanadores ni en ese tipo de cosas, pero si hay una oportunidad, mejor aferrarse a ella. El joven le comentó a Violeta que existía un hombre así, que curaba cualquier cosa, ella como él, no creía en los milagros, sabia de antemano lo que le depararía su futuro más inmediato, pero por ver a Henry feliz haría lo que fuese de esta manera se ahorraba de darle un pequeño disgusto diciéndole que no quería visitar a aquel sabio, así que decidieron partir hasta la India, esta vez viajarían ambos solos sin su pequeña, ya que debía de empezar sus estudios y la educación de la joven era lo que realmente importaba, lejos de los infortunios causados. La joven quería ir con ellos, pero se tenía que labrar su futuro y así tras una deliberada charla la joven accedió a quedarse con su tía Helen y al poco nuestros personajes partieron. Mientras volaban hacia la India telefoneo a sus amigos de la infancia, a los cuales, por unos y otros motivos, los tenia un poco abandonados, que no olvidados. Andrea, Arthur, Tom y Anna se alegraron al escuchar la voz de su amigo y así estuvieron hablando largo y tendido durante varias horas y ya esperaban volver a reencontrase y revivir esos momentos que pasaron todos juntos a lo largo de sus vidas. Llegaron a su destino y ya solamente había que buscar el hogar del eminente sabio Rabindrath Elehm. Preguntaron y preguntaron pero la gente no sabía concretamente decir donde se encontraba, hasta que un anciano del lugar les dijo que solamente la gente de corazón puro encontraría su morada, así que se situaron en la parte más baja del Nanda Devi y fueron subiendo. El sitio era muy escarpado, habían lugares de muy difícil acceso y a esto hay que añadirle una fina neblina, pero Henry y Violeta no cesaron y caminaron y caminaron durante horas, el cansancio hacia rato que había hecho acto de presencia y como consecuencia de ello se sentaron sobre una roca. Dialogaron sobre si seria una buena idea volverse atrás o seguir, cuando de repente sobre una colina cercana, se podía visualizar una pequeña cabaña. Se dirigieron raudos y veloces hacia allí, hasta que tras alguna que otra caída arribaron allí. La casa parecía tener siglos pero alguien habitaba dentro tocaron a la puerta con el picaporte y... no contestaba nadie, hasta que transcurridos unos segundos alguien abrió, era una mujer de avanzada edad que pregunto ¿Qué queréis? ¿Os puedo ayudar en algo? Buscamos a un sabio que dicen que habita por aquí, por estas montañas y pensamos que podría ser aquí- espetó Henry. La mujer les dijo que por favor que pasaran. Atravesaron el pasillo de esa casa, que parecía no acabarse jamás y cuando llegaron al final había un pequeño santuario, al cual entraron. Y allí estaba el sabio, un hombre extremadamente delgado el cual en ese preciso momento meditaba. ¿Perdone nos podría ayudar?-dijo Violeta. El hombre salio de su trance y les dijo que les explicaran lo que les pasaba. Mi amada Violeta tiene una enfermedad a la cual no han encontrado ningún tipo de solución y los médicos dicen que o vivirá más allá de los 45 años, pero en cualquier momento se puede marchar de mi vida para siempre y no quiero que eso pase, por favor, ayúdela-dijo Henry. El eminente sabio le pregunto que ¿Que estarías dispuesto a hacer por ella? Lo que fuese- respondió Henry. El eminente sabio auscultó a Violeta y le dijo que se tomara un misterioso brebaje y así lo hizo. Después de que se lo tomara dijo que había que esperar haber que pasaba con los años, a Henry no le gustó eso que dijo así que le acercó una maleta que portaba y se la ofreció. En la maleta había dinero, mucho dinero exactamente 50.000.000 de coronas. El anciano le dijo que el dinero no daba la felicidad, solamente condenaba más a la desesperación. El sabio llamó a Violeta para hablar con ella en privado y allí paso varios minutos, lo que hay se dijo solo lo sabían ambos, pero al salir la joven tenia los ojos vidriosos y acto seguido abrazó fuertemente a Henry. Este le preguntó ¿Qué te pasa? y como ya pasara hace muchos años Violeta de desvió del tema. Rabindrath Elehm no aceptaba bienes materiales y le dijo que cuando volviesen a su ciudad hicieran una vida altruista, lejos de cualquier tipo de bienes y para demostrar que podía hacerlo, el sabio le dijo a Henry que vaciase su maleta llena de dinero, desde lo alto de un valle cercano. Al joven esta idea le parecía una locura, pero lo haría por una buena causa, así que lo tiró todo desde lo alto del Nanda Devi, la segunda montaña más alta de la India y tras haber visitado al anciano, se volverían a sus hogares y desde ahora en ese preciso momento sus vidas cambiarían para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario